Parece que fue hace tanto tiempo, pero en realidad la moda es de apenas unos años… ¿Alguien recuerda los desafortunados NFTs? Esos que toda persona sensata consideramos como JPGs glorificados y solo aquellos que se gastaron cientos (o miles) de dólares en ellos en verdad pensaron que serían una revolución de __________(inserte concepto tonto que nomás un techbro completamente alejado de la realidad se creería).
Bueno, una de esas colecciones que se vendieron colectivamente en millones de dólares desaparecieron del internet luego de que el proyecto se redujera a un plan gratuito de Cloudflare. ¿Por qué? Pues porque el dueño de la colección ya no se le pegó la gana seguir gastando lana hosteando un proyecto más muerto que el Tío Ben de Peter Parker.
¿La moraleja de la historia? No compren el JPG de un chango en miles de dólares, por favor.
Esta canción me imagino para cierto personaje que hace su gran debut en este fragmento. Me he divertido mucho pensando en cómo sería Casmir, uno de los antagonistas de todo este pedo.
La canción hasta tiene nombre de lo que le gusta a este tipo (o bueno, Inteligencia). Estar ahí, chingando.
—¡Brilla el sol, es un nuevo día!
La fresca brisa del mar se filtró por la ventana hacia la cama y cosquilleó las mejillas del pequeño que dormía en ella. La llamada de Nastya significaba que todos en Crystal se tenían que levantar. Por alguna razón hoy se sentía diferente, sonó más temprano quizás. Sin abrir los ojos, el niño levantó las sábanas de su cama para cubrirse el rostro.
Una mano jaló con fuerza las sábanas, dejándolo completamente destapado.
—Berner, levántate.
El niño abrió los ojos un resquicio. Engel, su medio hermano mayor, lo veía desde el pie de la cama. Se veía molesto, como era habitual. —No me llames así. —Dijo, y se dio la vuelta para evitar la luz del sol en sus ojos. Odiaba ese nombre. Ese nombre era un nombre de adulto.
—¡Brilla el sol, es un nuevo día! —La voz de Nastya volvió a sonar desde las bocinas alrededor de toda la casa.
—Levántate. —Repitió su hermano. Con un suspiro de frustración, lo tomó de los pies y lo jaló de la cama. —Maldita sea Beni, levanta tu trasero de la maldita cama y vístete. Ya se están reuniendo en la plaza principal.
Beni finalmente puso los pies en el suelo. Lo que decía su hermano no tenía sentido, hoy no había agenda para reunirse en la plaza principal. No dijo nada al cambiarse de ropa y ponerse los zapatos. El sueño seguía ahí y se frotó los ojos.
—No hagas eso, te los vas a lastimar.
Beni y Engel salieron de casa rumbo a la plaza. Gente caminaba a su alrededor a paso apresurado, murmurando entre ellos. Se amontonaban entre ellos por las estrechas calles y Engel los empujaba a un lado para hacerles camino.
Los edificios dieron paso a una amplia explanada. Justo en el centro, la gente comenzaba a rodear la enorme fuente que celebraba la llegada de El Autónomo a Arkania. La base era una representación exacta de la forma del continente y de ahí se erigía un pilar con un gran halo de luz y una única esfera púrpura en su cenit.
Engel detuvo a Beni justo al borde de la multitud, siempre le decía a Beni que era demasiado pequeño y odiaba tener que resguardarlo de la gente. Beni miró alrededor y vio a sus padres un poco más lejos, los saludó y ellos hicieron lo mismo. Engel también los miró de reojo, pero fingió ignorarlos.
—¡Brilla el sol, es un nuevo día! —Resonó una voz desde la misma fuente por encima del tumulto. La esfera se encendió y el ícono de Nastya brilló intensamente en su superficie como una pupila deformada. La esfera se deslizó por el pilar mirando a todos, el ícono rebotaba casi imperceptiblemente mientras Nastya contaba a todos los presentes en la plaza.
—Bien, todos están aquí, ahora podemos iniciar juntos este nuevo y resplandeciente día. —Dijo Nastya. A Beni siempre le habían gustado los rituales matutinos de Nastya, como reunirlos a todos y darles unas cuantas palabras de aliento antes de comenzar los trabajos diarios. Pero esta vez se sentía diferente. Su voz era animada, pero algo en ella no sonaba igual que siempre y se sintió apenas audible.
Viggo, el Orador de la ciudad, se trepó a la base de la fuente e indicó con ademanes a todos que bajaran el tono de sus voces. Lentamente, comenzaron a callarse hasta que reinó el silencio.
—Gracias, gracias. Recuerden, “el orden es hermoso”. —Dijo Viggo a la multitud. —Ahora, Querida Nastya, no queremos dudar de tu protección, pero la gente está inquieta por obtener respuestas. Principalmente, ¿qué o quién es ese enorme grupo de drones aparcado justo afuera de los muros de la ciudad?
Beni notó cómo la esfera de Nastya vibró ligeramente en su lugar. —¿Qué? ¿Les, les preocupa eso? No es nada, nada de qué preocuparse. —Emitió una ligera risa. —Es solo, solo Querido Casmir que decidió darme una visita. Es todo.
Esto solo avivó más a la gente cuyos gritos se ahogaron en una ola de ruido inteligible. Incluso Engel chistó. —Estúpida. —Murmuró para sí mismo, Beni lo escuchó.
Viggo trató de calmar a todos nuevamente, esta vez con menos éxito. Al darse cuenta de que no podía callar a todos, volvió a dirigirse a Nastya alzando la voz. —¿El Querido Casmir… te visitó? Pero, ¿no se supone que las Queridas Inteligencias existen para servir única y servicialmente su ciudad? Se supone que no pueden moverse. Tú no puedes moverte.
La esfera de Nastya vibró un poco más, el Ícono miró a todos en la plaza. Parecía que a la Inteligencia le faltaban palabras.
—Eso fue antes, esto es el ahora.
La voz no vino de la fuente, vino de más arriba. La plaza inmediatamente se calló y todos miraron hacia arriba para ver un grupo de cinco Exploradores descender desde el cielo. El de en medio era diferente a los demás. No tenía la habitual forma curva ni el exterior gris plateado. Era rojo brillante y tenía varios bordes afilados encima que sobresalían como una corona. Beni escuchó a Engel contener el aliento en sorpresa. Los Exploradores rodearon la fuente, excepto el rojo puntiagudo, que se colocó justo encima del pilar. El halo complementó perfectamente su corona.
—La Querida Nastya se equivoca. —Dijo el Explorador, haciendo énfasis de mofa en el “Querida”. —No vengo a verla a ella. Vengo a ver a todos ustedes que pronto serán parte de mi reino. ¿Dicen que una Inteligencia no puede abandonar su ciudad? Solo mírenme en todo mi esplendor y esto es solo el comienzo. Todo el que quiera conocer más de mi grandeza es bienvenido a visitarme, el Gran Casmir, en las afueras de su triste ciudad. A los que decidan quedarse dentro de sus patéticos muros, ningún alimento volverá a llegar a ustedes hasta que Nastya libere su Influencia sobre Crystal. Adiós a todos, los estaré esperando.
Y Casmir y sus drones se elevaron nuevamente al cielo. El silencio fue solo temporal, hasta que la gente se volcó hacia el pilar la fuente, aventando a Viggo hacia el agua. Beni tuvo un último vistazo de sus padres en la multitud, pero Engel lo jaló hacia fuera de la Explanada de vuelta a casa. Volteó hacia su hermano y le vio un brillo extraño en sus ojos que nunca había visto antes.
EL RESUMEN DE LA SEMANA
¿Qué vi? Nos fuimos al cine a ver el Episodio III por su 20 aniversario. Qué puedo decir, El Ataque de los Clones puede ser una de las cosas más horripilantes en este lado de la galaxia, pero La Venganza de los Sith… aijuesu. La amo.
La noticia: El búho de Duolingo está muerto para mí, no importa que me esté esperando afuera de mi ventana en la noche. La compañía está haciendo la transición a ser full on IA. Búho, estoy listo. Ven por mí.
¡Hasta la otra semana!
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